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Luchando contra los elementos en el archipiélago de Lofoten

El archipiélago de Lofoten, en Noruega, está situado a 68° en latitud norte por encima del Círculo Polar Ártico. Aquí, en la tierra del sol de medianoche, en verano hace un tiempo magnífico. Los inviernos, en cambio, pueden ser muy duros, con noches heladas y vientos huracanados.
Conducción por el archipiélago de Lofoten.
El archipiélago de Lofoten ofrece un paisaje impactante, pero puede ser un entorno adverso para el conductor de un camión.

Estamos en Svolvær, una de las ciudades situadas más al norte del planeta, para conocer al conductor de camiones Ken-Marek Vatnfjord. Normalmente trabaja como conductor de largo recorrido, pero hoy realizamos con él un viaje de 120 km hasta Reine, localidad situada en la punta del archipiélago de Lofoten, para recoger pescado. Ya ha circulado otras muchas veces por estas carreteras, con unas duras condiciones climatológicas y durante las noches polares. Aunque no es una persona temerosa, siempre piensa en la seguridad cuando hace mal tiempo.

“En realidad, no puedo garantizar que pueda volver a casa. Siempre podría ocurrir algo, como ya ha pasado otras veces en algunas de las peores carreteras. Tomamos nuestras medidas de precaución, especialmente cuando sabemos que va a hacer mal tiempo, pero no podemos parar. Nuestro trabajo consiste en llevar pescado y otros productos de primera necesidad a las comunidades de esta región cuando todo el mundo está bajo techo”, comenta Ken-Marek.

Cualquier medida de seguridad que se tome es poca. Es un lugar peligroso.

Ken-Marek sale de Svolvær en dirección oeste por la autopista E10. Debe circular por el centro de la carretera al atravesar el primer túnel, donde el espacio es muy estrecho. Después de coger la salida hacia Henningsvær, uno de los pueblos de pescadores más conocidos de Lofoten, va reduciendo velocidad. No ha olvidado el terrible accidente que hace poco ocurrió allí, en el que un camión danés, que probablemente tomó la curva a demasiada velocidad, se salió de la carretera derribando el guardarraíl y cayó al mar. La placa de hielo que había en el lugar del accidente aquel día en que murió el conductor danés era igual de suave que un cristal y el camión se llevó por delante 100 metros de guardarraíl.

“El remolque se desenganchó y acabó impactando contra la cabina del conductor y cayendo al agua. Desde entonces, han ensanchado la carretera y han reforzado el guardarraíl, pero cualquier medida de seguridad que se tome es poca. Es un lugar peligroso”.

Ken-Marek se crió en Sarpsborg, al sur de Noruega, pero se trasladó al norte cuando su abuela de Svolvær cayó enferma. Empezó a trabajar en un hotel y, al poco tiempo, se enamoró de su directora, Anne Helen. Aunque la pareja se fue a vivir al sur durante un año, Ken-Marek se alegró mucho de volver al norte cuando le ofrecieron un trabajo como conductor de largo recorrido.

Aquello fue en 2007. Actualmente, Ken-Marek, Anne Helen y su hijo Kasper viven en el centro de Svolvær, no muy lejos de la terminal de Svolvær, donde se encuentra Thors Varetransport, la empresa para la que trabaja Ken-Marek.

“En realidad, no me imagino haciendo otra cosa. Seguramente, habrá muchos que lo hagan por dinero, pero para mí, ser conductor de camión de largo recorrido es una forma de vida. Lo llevo en mi ADN”.

Llegamos al pueblo de pescadores de Reine, uno de los lugares más bonitos de la región de Lofoten. Tiene 330 habitantes, la mayoría de los cuales trabajan en los barcos pesqueros o en la planta procesadora de pescado. De ahí es de donde Ken-Marek ha recogido pescado infinidad de veces.

En realidad, no me imagino haciendo otra cosa. Seguramente, habrá muchos que lo hagan por dinero, pero para mí, ser conductor de camión de largo recorrido es una forma de vida. Lo llevo en mi ADN.

“Aquí conviene dar la vuelta con este inmenso camión para cargar la mercancía, pero la carretera de bajada tiene algunos obstáculos que son difíciles de sortear cuando la meteorología es peor. La carretera solo tiene anchura suficiente para un vehículo y, como hay tantas curvas, no han podido poner guardarraíles. El agua llega hasta el propio asfalto. Si cometes el más mínimo error, caes al mar”.

Ken-Marek nos comenta que se alegra de que su empresa mantenga una estrecha colaboración con Volvo y que su camión significa mucho para él.

“Lo matriculé el mismo día que nació mi hijo, así que fue un día de doble celebración”.

No obstante, justamente hoy, Ken-Marek no está conduciendo su propio camión, sino que está probando uno de los nuevos camiones de la empresa, un Volvo FH 540 con la nueva tecnología I-Shift de doble embrague. Nos comenta que le resulta muy extraño no oír el cambio de marchas.

 

“Ni siquiera mi propio coche tiene una caja de cambios tan buena. Además, el camión parece muy sólido, algo muy importante para nosotros cuando llega el mal tiempo. No cabe duda de que las nuevas tecnologías mejoran nuestra vida. Nos proporcionan una mayor seguridad y nos permiten transportar mercancías durante todo el año”.

Atravesamos el puente de Gimsøystraumen, uno de los lugares de Lofoten donde hace más viento. Hoy hace una ligera brisa, pero Ken-Marek ha circulado por aquí con vientos de más de 100 km/h, que causaron el cierre del puente.

“El camión llevaba una carga tan pesada que pensé que no habría problemas. De repente, los limpiaparabrisas se desplegaron contra el cristal, la visera parasol se partió y el camión quedó atrapado por el viento. Tuve que conducir en contra del viento para seguir en el puente. No pasé miedo, pero un poco preocupado sí que estaba, he de reconocer. Afortunadamente, no me pasó nada, pero no volveré a hacerlo”, comenta.

Todavía falta un poco para llegar a Svolvær y está empezando a anochecer. En esta época del año, los días son cortos. Entre el 7 de diciembre y el 5 de enero, no se ve el sol. Es el periodo de noche polar.

“Durante esta época del año, no llegas a relajarte del todo. Las carreteras, por lo general, se vuelven más estrechas, aumentan los bancos de nieve y está oscuro las veinticuatro horas del día. Disfruto mucho conduciendo, pero no se puede bajar la guardia. He visto cómo volcaban camiones por rozar el arcén”.

La empresa para la que trabaja Ken-Marek sabe exactamente qué hacer si las cosas se ponen muy mal.

“Me encanta cómo piensa mi jefe sobre esta cuestión. Lo más importante es que lleguemos sanos y salvos, y no el tiempo que tardemos. Nunca hemos sufrido un accidente grave y creo que se debe a este claro enfoque y, sobre todo, a que contamos con unos buenos camiones”.

Ya estamos de vuelta en Svolvær. La larga jornada laboral ha finalizado. Esta vez, todo ha ido bien. Ahora hay que descargar el camión y aparcarlo. Después, Ken-Marek se irá a charlar con algunos compañeros que aún siguen allí.

“Da gusto cuando ves aparecer de nuevo la terminal de Svolvær después de un largo viaje. En ese momento, sé que ya queda poco para volver a ver a Kasper. Siempre me está esperando en casa”.

La carretera:

La E10, que antiguamente se llamaba la carretera del Rey Olaf V, va de Luleå (Suecia) a Å (Noruega). De Svolvær a Reine, en Lofoten, la carretera tiene muchas curvas y no alcanza los 6 metros de ancho, casi siempre tiene 5 metros. Esta vía es una de las 18 carreteras turísticas nacionales de Noruega.

El camión:

Modelo: Tractora Volvo FH540 6x2, modelo de 2015 con un semirremolque Krone.
Características: I-Shift de doble embrague y Dirección Dinámica de Volvo.
Motor: 13 litros, 6 cilindros, motor diésel, 540 CV – 2.600 Nm.
Tareas de transporte: El camión transporta pescado y otros alimentos a Lofoten y al resto de Noruega, recorriendo distancias de hasta 150.000 km al año.