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¿Cuál es el futuro del hidrógeno en el sector de los camiones?

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Con tanta conversación sobre el auge de los vehículos eléctricos, durante un tiempo el hidrógeno y su potencial en el sector del transporte pareció perder terreno en el debate sobre un transporte más limpio. ¿Pero realmente es así? Echemos un vistazo a la tecnología de celdas de combustible de hidrógeno y su potencial como combustible alternativo.

¿Cómo funciona una celda de combustible de hidrógeno?

Los vehículos de celda de combustible de hidrógeno funcionan usando este componente en una celda de combustible, donde se combina con oxígeno y la reacción química resultante genera electricidad. Es un proceso limpio en el que los únicos subproductos, además de la electricidad, son aire caliente y vapor de agua.
 

En muchos sentidos, una celda de combustible de hidrógeno funciona de manera muy similar a una batería, excepto que, en lugar de necesitar recargarse regularmente mediante una fuente externa, una celda de combustible genera electricidad directamente y lo hará mientras haya disponible hidrógeno, uno de los recursos más abundantes en la tierra. Los vehículos propulsados por hidrógeno también presentan muchas de las mismas ventajas de la electromovilidad: cero emisiones de escape y poco ruido.
 

Si el hidrógeno se produce a partir de una fuente renovable, puede emitir muy pocas emisiones desde las producción hasta el consumo. Sin embargo, tal como es la situación actual, alrededor del 95 % del hidrógeno producido procede de combustibles fósiles, como gas natural y petróleo. Esto afecta en gran medida al impacto climático general del hidrógeno y, evidentemente, se tendría que producir más hidrógeno a partir de recursos renovables para que la tecnología presente mejores credenciales ecológicas.

 

¿Cuáles son los retos y las oportunidades?

Un obstáculo importante para la adopción más generalizada de los vehículos de hidrógeno es el coste de producción de las celdas de combustible, lo que significa que, como fuente de combustible, el hidrógeno es aproximadamente entre 3 y 4 veces más caro que el diésel. También existen grandes lagunas en la infraestructura que es costosa de construir y, en la actualidad, no hay suficientes vehículos de hidrógeno en las carreteras para resulte rentable.
 

Sin embargo, estos desafíos no son insuperables y las celdas de combustible de hidrógeno todavía ofrecen un enorme potencial como fuente limpia de combustible. Por esta razón, China, Japón y Corea del Sur están apostando a lo grande por el hidrógeno y China se ha marcado el objetivo de tener 1 millón de vehículos de hidrógeno para 2030, lo que representa un aumento significativo en comparación con los 1500 actuales. Mientras tanto, Japón ha fijado sus objetivos en 800 000 vehículos en las carreteras aproximadamente para el mismo año. Esto tiene mucho sentido para países con escasos recursos como Japón, en los que el hidrógeno puede proporcionar todos los beneficios de la electromovilidad sin añadir más presión sobre la red eléctrica del país.
 

Muchos defensores de la tecnología del hidrógeno creen que es una alternativa más viable a los camiones diésel, gracias a su mayor autonomía y a los tiempos de repostaje más cortos. Los recientes experimentos con nuevos materiales como el hidruro de manganeso demuestran que es posible ampliar la autonomía aún más mediante el diseño de depósitos que son más pequeños, más baratos y más densos en energía que las tecnologías de celda de combustible de hidrógeno existentes.

 

¿Es el hidrógeno el combustible del futuro?

Entonces, ¿cuál es el veredicto sobre el hidrógeno? Siempre que las celdas de combustible de hidrógeno ofrezcan la posibilidad de realizar el cambio a un transporte más ecológico, creo que debería ser una tecnología que debemos seguir desarrollando y en la que se debe seguir investigando.
 

Al igual que en cualquier debate sobre combustibles alternativos, el hidrógeno frente a los camiones eléctricos no debe enmarcarse como un argumento de que "el ganador se lo lleva todo". Más bien, debemos pensar en las ventajas y desventajas de cada alternativa y comprender que cada solución será competitiva para diferentes operaciones, necesidades regionales y en diferentes momentos.
 

A pesar de las claras ventajas de coste e infraestructuras de los vehículos que funcionan con baterías frente a la tecnología de celdas de hidrógeno en la actualidad, lo cierto es que no existe una solución milagrosa. Ambas tecnologías se enfrentan a diferentes desafíos como la infraestructura, la aceptación los clientes, el impacto en la red eléctrica, la madurez y la autonomía de conducción.
 

Lars Mårtensson

Environment and Innovation Director at Volvo Trucks.

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