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Conducción con cargas peligrosas en el sur montañoso de Brasil

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Las carreteras de montaña del sur de Brasil pueden ser preciosas, pero también son peligrosas. Cuando el conductor de camiones Aldinan Cézar Rodrigues transporta productos químicos altamente corrosivos por la región, confía en su Volvo VM y en su formación sobre seguridad.

El estado montañoso de Santa Catarina, en el sur de Brasil, no es tan famoso como las espectaculares playas y selvas del país. Pero la cordillera de Serra Catarinense es igualmente hermosa. Allí donde la naturaleza nos regala picos, desfiladeros y ríos, el hombre ha contribuido con huertos, viñedos y pueblos pintorescos. El área es famosa en el país por sus manzanas y por un clima frío que difiere del resto del país. Los turistas que visitan la zona probablemente encontrarán alojamientos con nombres que incluyen palabras como “frío” y “nieve”.

Para Aldinan Cézar Rodrigues, este es su hogar. Nació en la población de Otacílio Costa que, tal y como explica, es donde vive la mayoría de sus familiares y parientes. También es donde nació su sueño de conducir camiones. Tanto su padre como su tío conducían sus propios camiones y a Aldinan y a su primo solían llevarles de viaje. “Me encantaba”, recuerda Aldinan. “La libertad de la carretera, ver lugares diferentes y conocer gente nueva: esas fueron las cosas que hicieron que quisiera ser conductor de camiones”. 

Habla con cariño de una infancia llena de otros placeres típicos del campo, como escalar árboles y nadar en el río. 

“La naturaleza para mí lo era todo. Y sigue siendo así. Ahora reúno a mi familia siempre que puedo para ir a pescar o simplemente para pasar tiempo en nuestro terreno en el campo”.

Este conductor de camiones de 50 años de edad, lleva trabajando en el sector alrededor de 20 años. Cuando era más joven, pasó algunos años en ciudades más grandes, trabajando en la construcción, pero siguió regresando a la región y al trabajo que ama. En Palmeira, a doce kilómetros de la casa de Aldinan, se encuentra la empresa en la que trabaja: Silpar, la división de logística de la empresa química Avanex. Tras cargar un tanque de ácido sulfúrico para la industria metalúrgica o de sulfato de aluminio para las empresas encargadas del tratamiento del agua, Aldinan emprende el camino para realizar las entregas. 

Una ventaja de estar en la carretera en esta parte de Brasil es el impresionante paisaje, sobre todo en la carretera estatal SC-390. Atraviesa la cordillera Serra do Rio do Rastro, zigzagueando desde una altitud de unos 1.400 metros hasta el nivel del mar y pasando por las ciudades más grandes a lo largo de la costa de Santa Catarina. El viaje de subida y bajada por la cordillera atrae a muchos turistas de Brasil y de países cercanos como Uruguay y Argentina, a menudo en motocicleta. Pero, tal y como explica Aldinan Cézar Rodrigues, la carretera no es el sueño de todos los conductores.

“He visto a conductores de camiones entrar en pánico al ver por primera vez la carretera de Serra do Rio de Rastro, parando los camiones en la primera curva cerrada y simplemente alejándose de sus vehículos”.

Aldinan afirma que él nunca ha dudado al tomar la SC-390 o cualquier otra de las carreteras de la zona. No obstante, no significa que ignore el desafío que supone. “Al conducir por carreteras sinuosas y escarpadas, presto toda mi atención. El camión es pesado y la carga es peligrosa. Encontrarme repentinamente con otro camión en una curva cerrada puede ser peligroso tanto para mi camión como para el otro. No es como transportar manzanas o madera”, afirma.

Al igual que sus compañeros que transportan cargas similares, Aldinan ha recibido formación especial para este tipo de trabajo. “Aprendemos cómo funciona cada producto, cómo reacciona con la naturaleza. Cómo debe eliminarse cada uno si entra en contacto con el entorno”, señala y explica: “Todos los productos afectan en cierta medida al aire y al agua. Transportar sustancias químicas no es solo una cuestión de llevar algo del punto A al punto B, sino que hay que conocer el producto para que, en caso de accidente, sepamos si debemos llamar a la policía, a los bomberos o si es necesario aislar la zona. Afortunadamente, en mis casi 20 años trabajando en este sector, no he sufrido ningún accidente”, afirma.

Casualmente, el recorrido de Aldinan de hoy por la carretera SC-390 acaba en el punto en el que la carretera comienza su descenso. Unos conos naranja con luces parpadeando señalan a Aldinan que se acerque a un policía, que le explica que se ha detenido temporalmente la circulación de todos los camiones de más de seis toneladas. El Volvo VM 330h de Aldinan pesa 6,5 toneladas. 

“Se mire como se mire, todo el país depende de los conductores de camiones. Todo lo que ves, todo lo que comes, todo lo que llevas puesto, lo hemos entregado nosotros”.

El motivo de detener la circulación de estos camiones es que hay grandes grietas en la superficie de la calzada de bajada y las semanas de lluvia constante han aumentado el riesgo de accidentes con los vehículos más pesados. 

A Aldinan no le preocupa demasiado la noticia. Simplemente tendrá que encontrar una ruta alternativa para bajar por la cordillera. Después de estirar las piernas y observar el paisaje desde el mirador, Aldinan vuelve a ponerse al volante y se dirige hacia un camino de tierra. “Esto es por lo que sigo adorando este trabajo. Cada día es diferente y siempre habrá sorpresas”, comenta.

Al realizar el camino de bajada hasta el nivel del mar a través de polvorientas carreteras secundarias, Aldinan evita las grietas de la carretera SC-390, pero no por ello deja de encontrarse con tráfico en la dirección opuesta por tramos con menos espacio todavía. Y todo ello en carreteras repletas de baches de distintos tamaños. 

“Al conducir por una carretera en mal estado, con subidas y bajadas, cruzando puentes estrechos, estoy encantado con este camión. Es muy manejable, muy cómodo. Un buen entorno de trabajo”, explica Aldinan, que acumula décadas de experiencia conduciendo camiones Volvo. “El primer Volvo que conduje fue el pequeño NL 340. Era muy sólido, pero en comparación con el Volvo VM que conduzco hoy, la diferencia es enorme”, señala. 

En su desvío, Aldinan pasa tan cerca de los huertos de manzanas que en algunos puntos podría coger la fruta simplemente estirando un brazo. Aunque no es tan espectacular como el descenso por la carretera SC-390, la ruta alternativa sin duda ofrece su propia belleza natural. Cuando apaga el motor para detenerse unos instantes, reina el silencio, excepto por el suave susurro de las hojas y el característico piar agudo de un ave llamada seriema.

Al reflexionar sobre su papel en el entorno general del transporte, Aldinan siente que, en general, los conductores de camiones no reciben el reconocimiento que merecen en Brasil. “Se mire como se mire, todo el país depende de los conductores de camiones. Todo lo que ves, todo lo que comes, todo lo que llevas puesto, lo hemos entregado nosotros”.

Silpar Transportes Rodoviários Ltda.

Año de fundación: 
2001.

Propietario: 
Grupo Avanex.

Número de empleados:
24 conductores y 5 empleados de oficina.

Número de camiones:
26, de los cuales, 24 son Volvo.

Modelos de camiones Volvo:
VM260, VM330, VM270, FH440, FH460, FH540.

Masa de la combinación del vehículo:
41 toneladas.

Cargas principales:
Sustancias químicas para la industria metalúrgica y para el tratamiento de aguas.