«Nuestro objetivo a diez años vista es reducir nuestras emisiones directas en un 80%», afirma Marcel Niederberger, responsable de sostenibilidad de V-Zug.
Desde 2020, el fabricante de electrodomésticos sigue adelante con su ambicioso objetivo. Y para conseguirlo, ha creado un plan interno de emisiones de carbono. Por cada tonelada de emisiones, V-Zug se « sanciona » con una multa de 120 francos suizos (124 euros). El dinero recaudado se destina a financiar nuevas tecnologías o soluciones sostenibles, como el camión eléctrico de Volvo.
«Todo empieza por medir tus emisiones», añade, para quienes quieran seguir el ejemplo. «Si no mides tus emisiones, no sabes por dónde empezar». En el caso de V-Zug, lleva diez años midiendo sus emisiones, lo que le da ventaja y le ayuda a encontrar dónde están las oportunidades para hacer la transición.
«Tenemos 13 camiones en total en nuestra flota. Empezamos la transformación del diésel hace dos años e invertimos en nuestro primer camión eléctrico», añade Marcel. «Las emisiones son sin duda uno de nuestros principales objetivos. Queremos ser totalmente eléctricos en 2030».
Nuestro objetivo a diez años es reducir nuestras emisiones directas en un 80%.
Para V-Zug, su objetivo siempre fue pasarse al transporte eléctrico, pero el punto de inflexión fue que tenía que funcionar de inmediato e integrarse perfectamente en sus operaciones diarias. «Ahora las soluciones están disponibles», dice Marcel, con seguridad.
Pero a la hora de decidirse por la electricidad, V-Zug no adoptó un enfoque jerárquico.
«No es el jefe de sostenibilidad quien tiene la voz principal, sino el equipo operativo», dice. «Ahora, con las distancias disponibles y los precios de este tipo de soluciones, ha sido posible ir en esa dirección».
Para V-Zug, todo gira en torno a la triple cuenta de resultados: personas, planeta y beneficios. «Así es como definimos la sostenibilidad», añade Marcel. «Nos esforzamos por abordar las dimensiones de medio ambiente, sociedad y economía con la misma prioridad; el plan de reducción de CO2 es un gran ejemplo de ello. El dinero se aparta de la dimensión del beneficio para invertirlo en las personas o el planeta»
Como fabricante de electrodomésticos, la economía circular es extremadamente importante para V-Zug. «Una de las primeras preguntas que nos hicimos fue 'qué va a pasar con los paquetes de baterías de los camiones al final de su vida útil'», dice Marcel. «Y nos alegró saber que Volvo ya piensa en esa dirección».
La guinda del pastel para V-Zug no es sólo el hecho de que a sus conductores les encante conducir los camiones eléctricos, sino el aumento de su reputación entre los clientes, algo que Marcel califica de «extremadamente positivo».