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¿Se plantea si su próximo camión podría funcionar con biodiésel? A continuación, le mostramos todo lo que debe saber.

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Si cree que cada vez menos personas hablan sobre el biodiésel, no se equivoca. Existen claras tendencias políticas y tecnológicas que indican que el potencial del biodiésel como una alternativa importante al diésel podría ser limitado. A continuación, se indican algunas de las razones por las que la popularidad del biodiésel se está desvaneciendo y con qué podría sustituirse.

Los biocombustibles se producen mediante reacciones químicas y calor, con lo que se descomponen materias primas como almidones, azúcares y otras moléculas. El término biocombustibles incluye biodiésel de primera y segunda generación, que se distinguen por el proceso de producción y el tipo de materia prima necesaria. El biodiésel de primera generación se produce mediante un proceso denominado esterificación utilizando cultivos comestibles como la colza, la palma y otros aceites vegetales.  
 

El biodiésel de segunda generación también conocido como aceite vegetal hidrotratado (HVO) se produce mediante un proceso de hidrogenación, es decir, un tratamiento con hidrógeno. El HVO es mucho más flexible en cuanto a las materias primas, ya que se puede producir a partir de residuos de baja calidad como grasas animales y aceite de cocina, o bien de fuentes no comestibles como algas, paja e incluso champiñones.

 

Los pros y los contras del biodiésel

Como combustible, el biodiésel plantea una serie de ventajas. La materia prima es barata, el proceso de producción de convertir la materia prima en energía es relativamente sencillo y el biodiésel emite significativamente menos CO2 cuando se quema. Además, se puede usar con la infraestructura y la tecnología de motores existentes, con modificaciones mínimas, e incluso mezclarse con diésel.
 

Sin embargo, la probabilidad de que el biodiésel se convierta en un combustible alternativo importante para los camiones parece cada vez más improbable por distintas razones. En primer lugar, por una cuestión de eficiencia: el biodiésel tiene una menor producción de energía (aproximadamente un 10 % menos que el diésel convencional), lo que significa que se necesitan mayores cantidades de combustible. En segundo lugar, el biodiésel podría no ser adecuado para las condiciones invernales, ya que la temperatura a la que se solidifica el combustible es mucho más alta que la del diésel. Además, el uso de biodiésel también podría causar problemas operativos como obstrucciones y estallido de los inyectores.
 

Pero más allá de la eficiencia y la tecnología, la adopción a gran escala del biodiésel presenta cuestiones más importantes en cuanto a la sostenibilidad. Los críticos de los biocombustibles de primera generación exponen que la producción de materias primas produce deforestación.
 

Luego también se encuentra el posible conflicto que tiene el biodiésel de primera generación con la producción de alimentos y el impacto que esto podría tener en los precios de los alimentos, ya que se destinan cada vez más terrenos agrícolas para la producción de materias primas para combustibles. Preocupaciones como estas han tenido un gran impacto en las credenciales ecológicas del biodiésel, lo que ha instado a la Comisión Europea a concluir  que los biocombustibles basados en cultivos no serían aptos para tenerlos en cuenta en los objetivos de transporte renovable de la UE para los Gobiernos nacionales.

 

HVO: ¿un digno competidor?

Dados estos desafíos, los defensores del biodiésel han cambiado su enfoque hacia alternativas con usos menos intensivos en cuanto a agua y a terrenos, como el HVO fabricado a partir de productos de desecho orgánicos. La alta calidad del HVO como combustible y el potencial que muchos productores de petróleo, sobre todo los europeos, ven en su uso para abordar los problemas de exceso de capacidad y rentabilidad en las refinerías ha aumentado la inversión en esta área. Hace poco se han anunciado al menos tres nuevas inversiones europeas en HVO que ayudarán al mercado a crecer casi un 88,5 % en los próximos 3 años. También se observa un interés creciente de Asia y Oriente Medio.
 

Entonces, ¿el HVO podría ser la respuesta a la desaparición del biodiésel? En parte sí y en parte, no. El HVO presenta muchas ventajas, pero sigue siendo un combustible caro de producir en la mayor parte del mundo y adolece de una falta de materia prima suficiente. A pesar de las crecientes inversiones, la producción en masa de HVO es un desafío, lo que significa que es poco probable que domine el mercado de combustibles alternativos a corto plazo, aunque sin duda puede cambiar el panorama actual del sector del biodiésel. En conjunto, quizás se puede concluir que el uso más viable del biodiésel de primera y segunda generación será como una mezcla en los combustibles fósiles actuales.
 

 

Un complemento para otros combustibles alternativos

Si bien el biodiésel podría no ser la respuesta inmediata a un futuro sin emisiones de carbono, sin duda puede ser un complemento para otros combustibles alternativos como el GNL y la electromovilidad. He elaborado una guía que describe los pros y los contras de algunas de las alternativas al diésel más comentadas en la actualidad.

Lars Mårtensson

Environment and Innovation Director at Volvo Trucks.

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