La autonomía de una tractora 4x2 con un peso medio de 30 toneladas es de aproximadamente 300 km. Sin embargo, según la especificación y la aplicación, la autonomía puede ser considerablemente mayor, puesto que influyen numerosos factores.
El mal tiempo, como la lluvia, las bajas temperaturas y los fuertes vientos en contra aumentarán el consumo de energía y, por lo tanto, acortarán la autonomía del vehículo, del mismo modo que estas condiciones aumentarían el consumo de combustible en un vehículo convencional con motor diésel.
En entornos urbanos y regionales, un conductor con la formación idónea puede consumir alrededor de un 20 por ciento menos de energía que un conductor sin esa formación. La técnica de conducción óptima consiste en tener una buena anticipación con una frenada y una aceleración mínimas, muy similar a la conducción óptima con un vehículo convencional con motor diésel. La diferencia más importante es que, con un camión eléctrico, resulta aún más importante la frenada suave, ya que la energía se recupera y se almacena en la batería del vehículo, lo que aumenta la autonomía.
La energía cinética del movimiento del vehículo se recupera y se utiliza para recargar la batería. Esto ayudará a aumentar la autonomía.
La carrocería del vehículo podría tener un impacto significativo si utiliza energía de las baterías del camión. Por ejemplo, una hormigonera consumirá mucha más energía que una caja seca. El peso del vehículo también afectará en gran medida, así como la topografía de la carretera, de la misma manera que lo hace con un camión diésel convencional.
El consumo de energía mientras no se conduce es limitado, a menos que la línea motriz también esté alimentando funciones que consumen mucha energía, como en el caso de las hormigoneras.
No, la gran mayoría de la energía almacenada en la batería se utiliza para propulsión. El consumo de energía de los sistemas auxiliares como la calefacción, la refrigeración, las bombas o cualquier otro aparato de consumo es menor en comparación con lo que se consume para propulsión. Por ejemplo, un smartphone contiene mucho menos de 0,01 kilovatios por hora de energía, mientras que se pueden almacenar más de 500 kWh a bordo.
Se puede realizar un seguimiento del estado de energía de la batería en el salpicadero y de forma remota en todo momento, pero si se acerca a cero, se notifica al conductor y se reduce la energía disponible, lo que influirá en la capacidad de conducción.