Con el creciente interés en los combustibles alternativos, tanto el GNL como el bio GNL se presentan como una de las alternativas más viables al diésel. Pero ¿pueden ofrecer la autonomía y la potencia que necesitan los operadores de largo recorrido?
El GNL y el bio GNL pueden suponer toda una revolución para el sector del transporte por carretera, pero el éxito de los camiones que funcionan con gas depende de una serie de factores que no son tan fáciles de predecir. El gas es una alternativa realista al diésel, al menos en algunos territorios, ya que puede utilizarse en motores de encendido por compresión con alta eficiencia.
Por consiguiente, los camiones que funcionan con gas ofrecen un rendimiento similar al de sus equivalentes a diésel. Los vehículos disponibles actualmente en el mercado pueden entregar hasta 500 hp y cubrir autonomías de hasta 100 km, lo que los hace ideales para operaciones de larga distancia.
La diferencia clave es su impacto climático. Con GNL, las emisiones de CO2 del tanque a la rueda son alrededor de un 15-20% menores en comparación con el diésel, y con bio-GNL (y HVO), las emisiones son prácticamente cero.
El número de estaciones de repostaje de GNL está creciendo rápidamente y, en el momento de redactar este artículo, hay 780 estaciones de repostaje de GNL en Europa (en comparación con solo 200 en 2019).Mientras tanto, algunos de los grandes fabricantes de camiones han desarrollado e introducido en el mercado modelos que funcionan con gas, con motores más potentes que se adaptarán a aplicaciones de recorrido más largo.
Para algunas empresas, es muy posible que la red de abastecimiento de GNL disponible ya sea suficiente para permitir que los camiones propulsados por gas reemplacen a los diésel convencionales. Esto se traducirá en una reducción significativa de sus emisiones de CO2 .
A largo plazo, a medida que aumente la producción de bio-GNL, será posible realizar una transición gradual hacia emisiones netas cero. Esto se debe a que los camiones propulsados por gas pueden funcionar tanto con GNL como con bioGNL, o incluso con una mezcla de ambos, y la misma infraestructura de reabastecimiento se puede utilizar para ambos.
Estoy plenamente convencido de que hemos llegado a un momento en el que el GNL es una alternativa de combustible viable en toda Europa. También se convertirá en un combustible cada vez más viable en China e India. Por supuesto, debemos tener en cuenta que en distintos países se dan circunstancias diferentes. Lo que podría ser la alternativa de combustible más viable en los países nórdicos puede no funcionar en Alemania, o viceversa. Naturalmente, mucho depende de los precios y del compromiso de las autoridades de invertir en el desarrollo futuro de la infraestructura de GNL.
Sin embargo, hay una cosa de la no tenemos duda. Dado que la Unión Europea y otras organizaciones mundiales establecen objetivos estrictos respecto a las emisiones de CO2, los vehículos diésel se están prohibiendo en ciudades de toda la UE y en otros lugares. Si bien estas prohibiciones aún no se han extendido a camiones y autobuses, podrían perfectamente incorporarse a la legislación que establece el año 2030 como fecha límite para reducir las emisiones.
Muchos operadores de camiones necesitarán encontrar una alternativa al diésel y, para muchos, el gas podría ser la mejor opción.